La mayoría de esta flota tuvo su origen en la flota artesanal del bonito del norte, especie identificada históricamente con el puerto de Burela. Hoy realizan mayoritariamente su actividad por aguas del Atlántico Norte, otros participan en acuerdos de la UE con terceros países como Cabo Verde, Mauritania, Marruecos, …, y también por el Atlántico Sur.
Son buques equipados con túneles y cámaras de congelación y realizan mareas de entre 30 a 100 días en función de las zonas de pesca, épocas del año y capacidad de almacenamiento de la embarcación. Sus especies principales son el pez espada, caella, marrajo o atunes, comercializados en congelado.
Cuando participan en la costera del bonito del norte tramitan un cambio de modalidad para la cacea o curricán y sus capturas son vendidas en fresco en la lonja de Burela, primer puerto pesquero de Galicia y uno de los principales del Cantábrico por volumen de kilos y facturación.
Lo más destacado del año 2017 ha sido la participación de la flota asociada a la OPP en un programa nacional con observadores científicos a bordo, con el objetivo de mejorar los datos técnicos de sus capturas, biológicos y medioambientales. Destacan por ser artes de pesca de palangre (anzuelo), por lo que obtienen capturas individuales “one to onte” muy selectivas y generando un mínimo impacto sobre otras especies del medio marino.
Cuando los datos de observación estén consolidados, esta flota podrá continuar con el proceso de certificación MSC iniciado en los últimos años. Actualmente está participando en un FIP (Fishering in Progress) junto a las otras organizaciones gallegas para el pez espada y caella, como paso previo a continuar con la certificación MSC y así demostrar a los operadores comerciales nuestro compromiso con la calidad.
Esta flota es la principal responsable que la lonja de Burela sea la primera lonja de Galicia en la descarga y venta de merluza del pincho, la especie con mayor volumen de consumo en el mercado español y que ocupa el primer lugar en el ranking de especies de nuestra OPP, tanto por volumen de kilos como en facturación.
El arte de pesca de palangre de fondo dirigido a especies demersales, como la merluza, es de máxima selectividad generando un mínimo nivel de descartes por capturas de especies no deseadas. Al ser artes de anzuelo sus capturas son realizadas una a una, generándoles un mínimo impacto, y destacando sobre todo el cuidado con el que se trata el pescado en todo el proceso de conservación a bordo para llegar al mercado en un excepcional estado de presentación.
Sus principales especies están sujetas al sistema de TACs y cuotas de la Política Común de Pesca, por lo que son continuamente monitorizadas y controladas para cumplir el objetivo principal de obtener su rendimiento máximo sostenible. Lo más negativo para esta flota es la incertidumbre sobre las posibilidades reales de pesca para un año, que no conoce hasta mediados de diciembre, con la aprobación por el Consejo de Ministros de Pesca de la UE.
La OPP está actualmente inmersa en importantes inversiones en esta flota para el equipamiento más avanzado en el tratamiento de vísceras a bordo y la inertización de los parásitos de los peces. También se están afrontando procesos de formación y mejora continua en las prácticas pesqueras para presentar al mercado un producto de primerísima calidad alimentaria.
El arrastre de fondo en el litoral realiza mareas de entre uno y dos días, siendo el principal suministrador de los mercados de la pesca en cuanto a variedad y calidad de las especies capturadas, especialmente por tener una frescura excepcional y ofrecerlo a unos precios medios asequibles.
Nuestra flota ha participado durante varios años en diversos programas de observación científica para monitorizar las capturas. En el último ejercicio se han presentado los resultados de un proyecto sobre “selectividad” en las artes de pesca en función de los tamaños y formas de las mallas de pesca, realizado por el Instituto Español de Oceanografía (IEO) en colaboración con la Secretaría General de Pesca.
A pesar que el arte de arrastre de fondo es uno de los grandes enemigos de las ONGs ambientalistas que abogan por su eliminación, es importante destacar su labor en la regeneración y limpieza del suelo marino, existiendo estudios científicos internacionales que valoran como básica esta labor para mantener limpios los fondos marinos ayudando así al buen estado de los recursos en el litoral de nuestros caladeros.
Sus principales especies son la merluza y la caballa, si bien destacan por tener un amplio abanico de posibilidades de capturar más de 100 especies diversas, algunas de gran prestigio y valor comercial y otras con precios muy competitivos para suministrar diariamente a los mercados.
Según la normativa española que regula el Cantábrico-Noroeste, la gestión pesquera de algunas especies está individualizada con cotas por barco (rape, merluza, jurel, gallo, caballa, cigala o bacaladilla) y en otras de forma conjunta entre toda la flota (rayas, besugo y peces variados), estando unas sujetas al sistema de TACs y otras no.
El principal hándicap que tiene esta modalidad pesquera en sus resultados de explotación es que sus ingresos están condicionados por la limitación de las cuotas en las principales especies y en los gastos que son embarcaciones que por su porte, tamaño y consumos, tienen una alta dependencia de la evolución de los costes de combustible.
El cerco artesanal es el realizado por pequeñas embarcaciones que trabajan durante las noches muy cerca de la costa y cuentan con una media de 10 a 12 trabajadores para realizar un trabajo de pesca muy manual.
Las principales especies capturadas son pescados azules o pelágicos: anchoa, caballa, jurel y sardina, si bien pueden capturar otras variadas en función de la época del año y la zona de pesca.
La normativa pesquera española permite varios modelos de explotación. Por ejemplo, en la caballa y el jurel existe una asignación y distribución de cuotas individuales por embarcación, que luego los armadores pueden gestionar de forma individual o en conjunto. Por otro lado, la explotación de la anchoa y sardina se hacen en gestión conjunta entre toda la flota, sin distribución ni por barco ni por zona sino con otras medidas de esfuerzo pesquero como son topes diarios o semanales de capturas.
La flota de cerco presenta al mercado un producto de máxima frescura que es capturado durante la noche y se vende en lonja a primera hora de la mañana, pudiendo estar en la mesa del consumidor en menos de 24 horas.
Tenemos algunas unidades que se hayan certificadas con el distintivo MSC para la pesquería de la anchoa en el Cantábrico.
La mayoría de esta flota tuvo su origen en la flota artesanal del bonito del norte, especie identificada históricamente con el puerto de Burela. Hoy realizan mayoritariamente su actividad por aguas del Atlántico Norte, otros participan en acuerdos de la UE con terceros países como Cabo Verde, Mauritania, Marruecos, …, y también por el Atlántico Sur.
Son buques equipados con túneles y cámaras de congelación y realizan mareas de entre 30 a 100 días en función de las zonas de pesca, épocas del año y capacidad de almacenamiento de la embarcación. Sus especies principales son el pez espada, caella, marrajo o atunes, comercializados en congelado.
Cuando participan en la costera del bonito del norte tramitan un cambio de modalidad para la cacea o curricán y sus capturas son vendidas en fresco en la lonja de Burela, primer puerto pesquero de Galicia y uno de los principales del Cantábrico por volumen de kilos y facturación.
Lo más destacado del año 2017 ha sido la participación de la flota asociada a la OPP en un programa nacional con observadores científicos a bordo, con el objetivo de mejorar los datos técnicos de sus capturas, biológicos y medioambientales. Destacan por ser artes de pesca de palangre (anzuelo), por lo que obtienen capturas individuales “one to onte” muy selectivas y generando un mínimo impacto sobre otras especies del medio marino.
Cuando los datos de observación estén consolidados, esta flota podrá continuar con el proceso de certificación MSC iniciado en los últimos años. Actualmente está participando en un FIP (Fishering in Progress) junto a las otras organizaciones gallegas para el pez espada y caella, como paso previo a continuar con la certificación MSC y así demostrar a los operadores comerciales nuestro compromiso con la calidad.
Esta flota es la principal responsable que la lonja de Burela sea la primera lonja de Galicia en la descarga y venta de merluza del pincho, la especie con mayor volumen de consumo en el mercado español y que ocupa el primer lugar en el ranking de especies de nuestra OPP, tanto por volumen de kilos como en facturación.
El arte de pesca de palangre de fondo es de máxima selectividad generando un mínimo nivel de descartes por capturas de especies no deseadas. Al ser artes de anzuelo sus capturas son realizadas una a una, generándoles un mínimo impacto, y destacando sobre todo el cuidado con el que se trata el pescado en todo el proceso de conservación a bordo para llegar al mercado en un excepcional estado de presentación.
Sus principales especies están sujetas al sistema de TACs y cuotas de la Política Común de Pesca, por lo que son continuamente monitorizadas y controladas para cumplir el objetivo principal de obtener su rendimiento máximo sostenible. Lo más negativo para esta flota es la incertidumbre sobre las posibilidades reales de pesca para un año, que no conoce hasta mediados de diciembre, con la aprobación por el Consejo de Ministros de Pesca de la UE.
La OPP está actualmente inmersa en importantes inversiones en esta flota para el equipamiento más avanzado en el tratamiento de vísceras a bordo y la inertización de los parásitos de los peces. También se están afrontando procesos de formación y mejora continua en las prácticas pesqueras para presentar al mercado un producto de primerísima calidad alimentaria.
El arrastre de fondo en el litoral realiza mareas de entre uno y dos días, siendo el principal suministrador de los mercados de la pesca en cuanto a variedad y calidad de las especies capturadas, especialmente por tener una frescura excepcional y ofrecerlo a unos precios medios asequibles.
Nuestra flota ha participado durante varios años en diversos programas de observación científica para monitorizar las capturas. En el último ejercicio se han presentado los resultados de un proyecto sobre “selectividad” en las artes de pesca en función de los tamaños y formas de las mallas de pesca, realizado por el Instituto Español de Oceanografía (IEO) en colaboración con la Secretaría General de Pesca.
A pesar que el arte de arrastre de fondo es uno de los grandes enemigos de las ONGs ambientalistas que abogan por su eliminación, es importante destacar su labor en la regeneración y limpieza del suelo marino, existiendo estudios científicos internacionales que valoran como básica esta labor para mantener limpios los fondos marinos ayudando así al buen estado de los recursos en el litoral de nuestros caladeros.
Sus principales especies son la merluza y la caballa, si bien destacan por tener un amplio abanico de posibilidades de capturar más de 100 especies diversas, algunas de gran prestigio y valor comercial y otras con precios muy competitivos para suministrar diariamente a los mercados.
Según la normativa española que regula el Cantábrico-Noroeste, la gestión pesquera de algunas especies está individualizada con cotas por barco (rape, merluza, jurel, gallo, caballa, cigala o bacaladilla) y en otras de forma conjunta entre toda la flota (rayas, besugo y peces variados), estando unas sujetas al sistema de TACs y otras no.
El principal hándicap que tiene esta modalidad pesquera en sus resultados de explotación es que sus ingresos están condicionados por la limitación de las cuotas en las principales especies y en los gastos que son embarcaciones que por su porte, tamaño y consumos, tienen una alta dependencia de la evolución de los costes de combustible.
El cerco artesanal es el realizado por pequeñas embarcaciones que trabajan durante las noches muy cerca de la costa y cuentan con una media de 10 a 12 trabajadores para realizar un trabajo de pesca muy manual.
Las principales especies capturadas son pescados azules o pelágicos: anchoa, caballa, jurel y sardina, si bien pueden capturar otras variadas en función de la época del año y la zona de pesca.
La normativa pesquera española permite varios modelos de explotación. Por ejemplo, en la caballa y el jurel existe una asignación y distribución de cuotas individuales por embarcación, que luego los armadores pueden gestionar de forma individual o en conjunto. Por otro lado, la explotación de la anchoa y sardina se hacen en gestión conjunta entre toda la flota, sin distribución ni por barco ni por zona sino con otras medidas de esfuerzo pesquero como son topes diarios o semanales de capturas.
La flota de cerco presenta al mercado un producto de máxima frescura que es capturado durante la noche y se vende en lonja a primera hora de la mañana, pudiendo estar en la mesa del consumidor en menos de 24 horas.
Tenemos algunas unidades que se hayan certificadas con el distintivo MSC para la pesquería de la anchoa en el Cantábrico.